Llegó un niño nuevo a mi urbanización donde yo veraneaba todos los años desde pequeñita. Tiene dos o tres años más que yo pero es taaaaan guapo. En cuanto lo vi me encantó pero no me atreví a decirle nada.
Sus amigos empezaron a hacer bromas sobre que saliéramos juntos, yo muy sonrojada siempre decía: no, no, jaja.
Uno de sus amigos vino a mi y me dijo: Nos ha dicho Adrián que le va a pedir salir a Sara y que si ella dice que no te lo pide a ti...
Me quedé de piedra, contenta y triste a la vez. Estaba contenta porque ¡Adrián me iba a pedir salir! pero... sería de segundo plato porque antes se lo pediría a Sara.
Sara le dijo que no y yo me mantuve fuerte y dura y me deje guiar por mi dignidad y también lo rechacé.
De repente, una bomba de felicidad estalló dentro de mi. No "escuché a mi corazón" (como dicen siempre en las pelis) me escuché a mi misma y no iba a ser segundo plato DE NADIE.
Pasados unos días me enteré de que Adrián me sigue queriendo pero... ahora me gusta otro chico y otro me va a pedir salir, aunque eso ya son otras historias.
Chaaaao chicaas, besoos <3
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